El significado del termino éxito en nuestra sociedad se ha vinculado con el logro de una profesión, una empresa, bienes materiales, etc. sin embargo el cielo lo ve mas amplio y tiene que ver con una vida de principios, un carácter bien forjado y equilibrado a la semejanza de Dios, un conocimiento personal del Creador, una vida de servicio y victorias logradas por Dios en tu vida, un hogar unido y temeroso de Jehová entre algunas cosas. Cuando conocemos e implementamos el plan de Dios para nuestra vida, un estilo de vida saludable, creamos una plataforma que nos vincula mucho mas con el verdadero éxito. La Biblia en por lo menos tres ocasiones declara que “Jehová dio la victoria a David por dondequiera que fue.” 2 Samuel 8:6,14; 1 Crónicas 18:6, que maravilloso que así fuera dicho de cada uno de nosotros!
“A cada uno de los que se ofrecen al Señor para servir, sin retener nada, se le concede poder para el logro de resultados sin medida…En cualquier ramo de trabajo, el verdadero éxito no es resultado de la casualidad ni del destino… No es el poder que emana del hombre el que da éxito a la obra, sino que el poder de los seres celestiales que cooperan con los agentes humanos lleva la obra a la perfección.” (1)

Cuan maravilloso es saber que tenemos la victoria asegurada en Cristo. Podemos confiar en El y experimentar el gozo de esa victoria eterna todos los días de nuestra vida. Recuerda que es una victoria sobre el pecado y que contamos con la presencia de Cristo a cada paso.

No son las capacidades que poseéis hoy, o las que tendréis en lo futuro, las que os darán éxito. Es lo que el Señor puede hacer por vosotros. Es el desarrollo de las providencias de Dios, la recompensa de la fe y de la discreción, de la virtud y de la perseverancia. Dios da las oportunidades; el éxito depende del uso que se haga de ellas. (2)

Conociendo más

1 Samuel 18:30 “David tenia mas éxito que todos los siervos de Saúl, por lo cual se hizo de mucha estima su nombre.” El éxito debe ir acompañado de humildad, de otra forma este puede ser perjudicial.
El éxito no depende tanto del talento como de la energía y de la buena voluntad. No es la posesión de talentos magníficos lo que nos habilita para prestar un servicio aceptable, sino el cumplimiento concienzudo de los deberes diarios, el espíritu contento, el interés sincero y sin afectación por el bienestar de los demás. En la suerte más humilde puede hallarse verdadera excelencia. Las tareas más comunes, realizadas con una fidelidad impregnada de amor, son hermosas a la vista de Dios. (3)
La obra de Dios ha de ser llevada a su consumación por la cooperación de los agentes divinos y humanos. Los que manifiestan suficiencia propia pueden ser aparentemente activos en la obra de Dios; pero si efectúan su obra sin oración, su actividad de nada aprovecha. (4)
Cuando nos entregamos completamente a Dios y en nuestra obra seguimos sus instrucciones, él mismo se hace responsable de su realización. El no quiere que conjeturemos en cuanto al éxito de nuestros sinceros esfuerzos. Nunca debemos pensar en el fracaso. Hemos de cooperar con Uno que no conoce el fracaso.
Cuando Dios prepara el camino para la realización de cierta obra, y da seguridad de éxito, el instrumento escogido debe hacer cuanto está en su poder para obtener el resultado prometido. Se le dará éxito en proporción al entusiasmo y la perseverancia con que haga la obra. (5)
Concluimos que una vez desarrollemos toda cualificación y hagamos todo el esfuerzo posible, aún no está el éxito garantizado. El éxito es el desarrollo de la voluntad de Dios. Lo da Su bendición. Sin embargo, si no desarrollamos esas cualificaciones y no hacemos mayor esfuerzo tampoco vendrá el verdadero éxito.
(1) Servicio Cristiano, pág. 318.6, 319.1, 322
(2) Servicio Cristiano, pág. 324, 319
(3) Servicio Cristiano, pág. 326
(4) Servicio Cristiano, pág. 325
(5) Servicio Cristiano, pág. 323,324

¿Aceptas el éxito que Dios tiene para ti en todas las áreas de tu vida, comprendiendo que hay una parte diligente que debes hacer y reconociendo que es Dios el que te da esa victoria?

Acepto